Un lienzo en blanco, así debes enfrentarte a las paredes de
tu casa y buscar en ellas su propia personalidad. Pueden ser como la nieve y
‘limpias’, sin nada que distraiga la vista; pueden ser de colores atrevidos o
dulces y ñoños, como un algodón de azúcar; ‘vestirse’ con un traje a medida,
que oculte imperfecciones y sea capaz de llevarte (sin salir de casa) a un
campo de flores, a los años ochenta o a un rincón de los Alpes: o estar
‘contaminadas’ con fotos, cuadros o dibujos.
Pasar desapercibido
Quizás, no esté justificado, pero las paredes ejercen un
poder de atracción del que es difícil abstraerse. Nos gustan en todas sus
variedades, formas y colores. Nos apasiona su capacidad para transformar los
espacios y otorgarles personalidad –propia o imaginada–. Como en una pasarela
de moda, mostramos las prendas que serán tendencia esta temporada.
Empapela la pared y ya habrás cambiado el aspecto de la
habitación de arriba abajo. Además, no es necesario que la ‘vistas’ entera con
el mismo papel, puedes emplear un mural o destacar una pared, como la del
cabecero o la de la zona de los sofás. Los nuevos diseños no cierran la puerta
a nada –ni a nadie– y sus motivos y colores nos permiten recrear la atmósfera
que deseemos. Los hay sobrios y sencillos; femeninos o con un atractivo punto
masculino; de colores neutros o de alegres tonos; con atrevidos diseños o
clásicos encantadores… Sin olvidar, sus inmejorables cualidades técnicas, que
les abren la puerta de la casa hasta la cocina y el baño. Resistentes a la
humedad, duraderos y fáciles de colocar, si no los amas ya, es porque no has
dado con el tuyo.
Y lo hacen sin dejarse nada en el camino, ya que a su gran
variedad de tamaños, motivos y colores, hay que sumarles sus diferentes formas
de colocación, que permite crear figuras geométricas y originales motivos. La
cerámica con una gran tradición en cocinas y baños se abre al resto de la casa,
demostrando que también ahí sabe comportarse. Mientras que la madera, abandona
los clásicos zócalos altos en habitaciones y escaleras, y se usa para forrar
las paredes de salones y despachos.
Las obras de arte, entre las que incluimos los dibujos que
hijos y sobrinos realizan, son una de las formas más sencillas de ‘vestir’ las
paredes de cualquier estancia. Poseen un gran poder visual, pero también
influyen en nuestro estado anímico: nos hacen sonreír, nos despiertan ternura…
De ahí su incalculable valor.
Además, nos permiten cambiar fácilmente de decorado y
renovar nuestras paredes y nuestras estancias cuando queramos un nuevo aire en
casa. https://goo.gl/LTY9as
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